La gran cervecería junto al río marcaba el pulso de los barrios
Por Daniel Santos. El silbato de la Cervecería marcaba el pulso del viejo Alberdi y los barrios próximos: sonaba a las 6, a las 13, a las 13.30 para señalar el horario de la comida, y luego a las 17.30 para marcar que la jornada había concluido. A las casas volvían, tras el último pitido, […]